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jueves, 24 de septiembre de 2020

Vanced Manajer, descarga el popular Youtube Vanced y su complemento, desde un solo lugar.

 Hola a todos/as, espero se encuentren bien.

hoy después de meses desaparecida por aquí por problemas con el internet de mi computadora, y por que no             sabía que traerles, además de las infinitas tareas y el hocio que a veces me doy y que me inpide publicar entradas por que el día se me va más rápido que los datos móviles cuando usas youtuve... 😔            

pero bueno. al fin les traigo acá una app, que es para descargar de forma más cómoda el mod de Youtube amado por muchos, Youtube Vanced, y su complemento Microg, para ya no tenerlo que andarlo buscando y rebuscando por la red. porque, a veces se vuelve una tarea difícil encontrarlo, pues en muchas ocasiones encontramos sobretodo por los grupos en redes sociales, encontramos una de estas 2 aplicaciones o incluso las 2, el problema es que o muchas veces alguna de las 2 puede no estar actualizada acorde con la versión de la segunda aplicación, o simplemente los archivos por una u otra razón se encuentran dañados; con esta aplicación que les traigo, llamada Vanced manajer, ya no tendremos esa difícil tarea de buscar por toda la red una versión de acuerdo con las 2 aplicaciones, Youtube vanced y su complemento.

les he hecho también un pequeño audio tutorial donde muestro la aplicación en funcionamiento y todas sus opciones, aunque realmente es sencilla de utilizar y por tanto muy intuitiva.

espero que lo disfruten,

y nos leemos en un próximo POST.


        


click aquí, y descarga la aplicación Vanced manajer.

click aquí y descarga el audio tutorial

domingo, 21 de junio de 2020

la nueva vida: una historia creada por mí.

  hola, hoy después de muchísimo tiempo de tener este blog en reposo, hoy vengo con una historia que talvez pueda gustarles.
es una historia que escribí por cosas del destino en pleno diciembre sin nada que hacer, así que agarré y me puse a escribir. espero les guste!
La nueva vida
En una gran ciudad, vivía una joven de 17 años de edad, y su nombre era Clara. Ella se encontraba en un pequeño refugio para protección de menores en situación de abandono.
A clara siempre le venía la tristeza de no poder tener a su mamá con ella, pues ellas 2 eran inseparables y estaban siempre juntas.
Un día muy frío en el mes de diciembre, una mujer de aproximadamente unos 30 años, llegó al lugar donde Clara estaba. Lo que clara no sabía, es la gran sorpresa con la que se encontraría.
La mujer recorría el lugar buscando algún niño al cual adoptar, cuando entonces vio a la Joven Clara, quien luchaba ante la tristeza y los recuerdos que se le venían a la mente de su madre cuando estaba enferma; es en ese entonces cuando la mujer y la directora del refugio se acercan a la habitación de clara. La mujer, al entrar al cuarto, vio a la muchacha y se dijo para sí misma:
o, cielos! ¡Creo conocer a esta niña!
entonces la mujer saluda a clara, diciéndole: hola, ¿cómo estás? ¡Me da muchísimo gusto conocerte!
Clara, al oír dicha voz, comenzó a recordar cosas en su mente, y se quedó pensativa por unos instantes. Posteriormente, levantando la mirada respondió con mucha seguridad: creo que nos conocemos de algún lado, ¿no lo cree?
La mujer con una gran sonrisa en el rostro, dice: sí, yo también siento lo mismo… creo que de algún lado nos conocemos, pero no logro recordar de dónde. ¿tu recuerdas acaso, de dónde te conozco?
La joven se queda pensando por un momento nuevamente, y después de unos minutos responde: cuando vivía mi mamá, recuerdo que me estaban haciendo un tratamiento para acomodarme los dientes; entonces creo recordar a una doctora a la cual en su momento me hice amiga de ella, y le tuve mucho cariño… ¡Ai, ¡cómo quisiera volver a tener contacto con ella!
La mujer, tras algunos minutos de pensamiento, termina de recordar y dice: ojalá que vuelvas a ver a tu amiga. Y de por casualidad ¿no sabes qué tipo de doctora era tu amiga?
Clara le dice: sí, esa doctora de la que le hablo era una dentista. Que, por cierto, me encantó el trato que tubo conmigo.
La mujer con una mirada sonrriente dice: ¿sabes? Me harías muy feliz si te vinieras a vivir conmigo; ¿qué opinas? Me encantaría tener a alguien que me hiciera compañía.
En esos momentos, Clara se queda pensando y tras algún tiempo responde: sí, me encantaría a mí también tener alguien con quien poder platicar, y alguien que me cuidara, porque la verdad es que en este lugar, paso la mayor parte del tiempo, si no es que todo, sola, y sin comida; solo a veces cuando hay suerte, la comida que nos dan alcanza para todos; yo encantada de vivir con usté, se ve que es una buena persona.
La mujer, tras escuchar eso le dio un abrazo a la joven, y caminaron hasta las puertas de salida del lugar, no sin antes firmar los papeles correspondientes a la adopción. 
Llegaron a la casa donde la mujer vivía, y con una gran sonrisa en el rostro y casi a punto de las lágrimas le dijo a clara estas palabras: ¡bienvenida a tu nuevo hogar, hija! ¿no te imaginas con quién estás?
Clara con una mirada asustada, se quedó pensando por un rato y con la voz temblorosa dijo: no, no me lo imagino, ¿por qué? ¡pues con quién estoy!
Tranquila, mi niña. Respondió la mujer. Digo que no te imaginas con quién te encuentras porque… bueno… ¿cómo te lo digo? ¡bueno! Qué me dirías si te digo que esa amiga que por tanto tiempo has querido ver, que has estado extrañando por tantos años y era doctora… ¿soy yo?
Clara se quedó con la mente en blanco al escuchar esas palabras, casi a punto de llorar de alegría, se levantó a donde su madre y le dio un gran abrazo, y exclamó: ¡doctora! Digo, ¡mamá! Pues no sé qué decirte, pero pues únicamente, te doy las gracias por traerme a vivir… ¿con usté? ¿contigo? ¡Vaya! Estoy tan impactada que no sé ni si quiera cuál es la manera más respetuosa de dirigirme, si de usté o de tu.
Como quieras: respondió la mujer. Pero ya ahora que ya eres alguien muy cercano a mí, ya no necesita haver tanta formalidad, en fin. Ten por seguro Clara, que aquí vivirás muy feliz, y yo estaré contigo, tanto en las buenas, en las malas y en las peores. Te juro que aquí no sufrirás de hambre, ni de nada; siempre hay que tratar de las dos tener una buena comunicación, que tú me cuentes todo lo que me quieras contar, cómo te sientes, si tienes algún problema, si tienes alguna pregunta que te gustaría saber, si te hace falta algo, Etcétera, tu ten la confianza de decírmelo.
Clara al escuchar esto, se quedó muy tranquila.
Todo iba bien, hasta que un día, Clara comenzó a darse cuenta de que sentía a su madre un tanto diferente que siempre; en un principio no le dio mucha importancia, porque su madre seguía cumpliendo con sus obligaciones más importantes, llevar a clara a la escuela y darle comida. Pero con forme fueron pasando las semanas, era cada vez mayor el distanciamiento de la mujer hacia clara; como si de un de repente se le hubiera ido el interés por tener una compañía y ahora más que compañía ya fuera un estorbo. No fue sino hasta 2 meses después que Clara se armó de valor y aprovechando que tenía un evento en 2 semanas al cual quería que su madre la acompañara, fue hasta donde su madre y dijo:
madre, disculpa que te moleste, pero… tengo un evento de la escuela en 2 semanas en donde voy a cantar, y me gustaría que me acompañaras. ¿crees que podrías hacer algún cupo en tu consultorio para poder acompañarme? No te tomará mucho tiempo, te lo prometo; es más, nada más canto, y nos regresamos a tu consultorio para que puedas seguir trabajando. ¿síi?
- No, no, ¡y no! Respondió la mujer con una expresión de fastidio. En tu caso hay muchos eventos como estos. Seguramente puedas esperar a otra ocasión que esté libre; de mis pacientes no los hay todos los días, y ser dentista no es cualquier cosa. Es plena responsabilidad, y estar siempre sin quitar el dedo del renglón. Siempre haciendo nuestra labor, no sé si me entiendes, que bueno, igual si no entiendes me da igual. Así que, o vas buscando quién te pueda llevar a ese evento que tienes, o vas cancelando tu participación en el mismo. Yo preferiría que fuera la segunda, pues necesito quién me ayude en mi consultorio, pues mi asistente se va de viaje en unos días, ¡ja ja! Seguramente de viaje… es lo que las jovencitas de hoy dicen para darse una escapadita con sus novios, ¿y ahora qué falta? ¿Qué me diga que falleció su abuelita…? ¡Um! Seguramente, ¡sí cómo no!
 ¡Pero mamá! Respondió Clara con una expresión de asombro: no seas tan incrédula, qué tal si… ¿a lo mejor y sí es verdad? Además, no era como para que te pusieras así, yo solamente quería invitarte a mi evento que tengo, para que vieras como canto, era solamente eso. Igual no era como para causarte molestias, pero bueno, entiendo, para otra ocasión será, no te preocupes mamá. Te deseo de corazón que te vaya bien en el trabajo ¡y que tengas a muchos pacientes que atender! Que te vaya muy bien, madre.
Y se fue Clara, intentando mantener una sonrisa en su rostro.
A los pocos días, cuando Clara se encontraba en su escuela, fueron a buscarla por parte del instituto para protección de menores” (IPM)” debido a que los vecinos del edificio donde la joven y la mujer mamá de Clara vivían, reportaron que había una menor de edad en situación de abandono. Un hombre comenzó a acercarse hasta donde Clara estaba, preparado para comenzar a hacer un interrogatorio a la joven sobre su condición de vida. Fue entonces que comenzó a sostener una conversación con Clara de esta manera: 
Y dígame señorita, ¿cómo vive usted con la señora Wendi? nos reportaron que usted estaba en aparente situación de abandono ¿no es así?
La joven se quedó en silencio por varios minutos, mirando hacia todos lados, después dirigió su mirada de nuevo al hombre y después asintió con la cabeza.
Vuelvo a preguntar, repitió el hombre: ¿usted vive bien con la persona con la que está?
Sí, señor. Dijo Clara. Yo vivo bien, quizá recientemente siento otra vez la falta de una figura materna, pero lo básico como la comida y el techo donde dormir, por lo menos, allí están, esas no me faltan señor.
El hombre, volviéndose a acercar a la joven, dijo: mire, señorita. Todo ser humano tiene varias necesidades básicas, y entre ellas están: comida, Hogar, salud, educación y afecto. Es muy importante que tengas todas ellas. De cualquier forma, vamos a iniciar una investigación en el entorno en el que actualmente te encuentras para cerciorarnos de que todo se encuentre en orden.
Clara, con una mirada asustada, se quedó pensando para sí misma y posteriormente con una mirada lo más tranquila que podía, exclamó: no es necesario, buen hombre. Yo ya le dije y le reitero que vivo bien, no me hace falta nada. Así que, por favor, le pido y le ruego por lo que más quiera, que ya no me ande molestando. Ya tengo que volver a clases, así que me tengo que retirar. Es más, no sé por qué le dije todo esto, que no debería habérselo dicho. Yo ni lo conozco, hasta luego.
Y así fue como la joven finalizó la conversación con aquel hombre. Todos sus compañeros de clase se le quedaban mirando sorprendidos por una visita como la que se acaba de presenciar en dicha escuela.
¿Qué tienes? Preguntó charli, uno de los compañeros de clase de Clara.
Nada, estoy perfecta. Es solo que pues… bueno, mejor no, nada, estoy bien, no te preocupes amigo, le respondió Clara, con una expresión de tristeza notable en su rostro.
Pero… perdón que insista amiga, pero es que te ves realmente triste, ¿segura que no te pasa nada? Insistió Charli. Tú sabes que puedes confiar en mí, contarme lo que te pase, cuentas conmigo para lo que sea. Anda amiga, yo lo único que busco es que estés bien y verte feliz como siempre. Anda, cuéntame lo que te ocurre, no quiero verte así de triste.
Bueno, está bien, respondió Clara a punto de las lágrimas. El caso es que yo vivía en un refugio de menores, y, como sabrás, mi madre murió, por lo que ya no tenía nadie con quién platicar ni nada. Entonces pues andaba yo siempre bien triste en ese lugar porque me hacía falta la comida, el afecto de una figura materna y todo eso; la cosa es que al final me adoptó una Mujer que resultó ser mi amiga a quien por tantos años he estado extrañando y quien tanto me había imaginado tener como madre, pues al fin mi sueño se cumplió. Sino fuera por que posteriormente mi amiga, ahora mi madre, siento que se está distanciando más de mí, al grado de que la invité al evento de la escuela que tenemos en dos semanas y le dije que nomás esperara mi participación y nos regresábamos a su consultorio para que siguiera trabajando, y pues me dijo que no. Que eventos como los míos los había más frecuentemente, pero que de sus pacientes no los había todos los días. Y que pues me dio un rotundo no. Y me entristece mucho que mi madre se esté distanciando tanto de mí, y no sé por qué. Es decir, no pretendo que ella me dé toda su atención, pero sí quisiera que estuviera más tiempo conmigo; porque ni si quiera los domingos cuando ella descansa, se toma un tiempo para salir a pasear juntas o algo por el estilo. Siempre dice que tiene cosas que hacer. Y es cuando yo me pregunto: ¿es tan difícil llevarme con ella a hacer lo que tenga que hacer? Digo, yo ya no soy una bebé que es capaz de desatar un berrinche en el momento más inoportuno. Yo ya estoy lo suficientemente grande como para saber lo que puedo y no puedo hacer según lo que se me indique en cierto lugar. Es aquí donde también me surge la duda… ¿qué acaso para mi madre ahora más que su compañía ahora resulto ser un estorbo? ¡ya no sé ni qué pensar! Clara no se puede contener más y se pone a llorar. Su amigo le da un gran y fuerte abrazo.
Hey, amiga, le dijo Charli a Clara: ¡ánimo! No te pongas así, mira, te digo: tú y yo nos conocemos desde la secundaria; tu siempre me has parecido una amiga genial, no solo por todo lo que sabes, si no por la madurez que tienes. Te comento; mi madre es dentista también, y siempre me ha dado todo lo que he necesitado y lo que he querido. Así que ese pretexto de “tengo mucho trabajo y no tengo tiempo para atenderte” a mí no me hace wei. A mí no me engañan con eso. Si no tu detente a pensar un momento y pregúntate: ¿cómo es que tu madre biológica en paz descanse, trabajaba de enfermera y aún así tenía tiempo hasta de sobra para atender y ver que nada te hiciera falta? Y no me digas que era tan solo porque ella trabajaba de noche los fines de semana… verás: cuando uno tiene dedicación por algo, sea lo que sea, le da por lo menos unos cuantos minutos de su tiempo. Es decir, aunque uno esté lo más ocupado y todo eso no es pretexto como para que se diga que no se tiene tiempo. El tiempo se tiene si se quiere, y hay varias formas de aprovecharlo y hacer que el día te rinda incluso más que antes. Es cuestión de productividad y saber organizarse. Mira amiga. ¿qué te parece si te invito esta tarde a mi casa después de la escuela?
Clara se detiene a pensar un momento y exclama: ¡claro! Me gustaría mucho ir. Ai, pero tengo que ver con mi mamá a ver si hoy está de buen humor, como hace tantos meses no está conmigo, pero bueno. Tendría que ver.
Nada de tengo que ver, respondió charli. Tú necesitas algo en qué distraerte, ya no es un lujo. No te preocupes, mira: cuando mi mamá llegue por mí, le aviso que, si te puedo invitar a comer, y después le avisamos a tu mamá para que no estés tan preocupada. ¿Sí?
¡perfecto! Respondió clara mucho más tranquila. Fue entonces que estos 2 chicos entraron a sus respectivas clases y cuando llegó la hora de salida, como lo había dicho Charli, su madre se disponía a irse con el muchacho. Oye madre, le dijo charli: ¿puedo invitar a una amiga a comer a la casa? Lo que pasa es que bueno… ella tiene una situación muy difícil por la que está pasando y quiero que se distraiga un rato.
Claro que sí, respondió Rosa, madre de Charli. Anda, invítala a comer y que allá nos platique por lo que está pasando a ver qué le podemos aconsejar.
¡gracias mamá! Tu siempre tan buena. Respondió Charli con mucha felicidad.
Aquella mujer y los 2 muchachos fueron hasta la casa donde vivía charli, una casa muy bonita y con un patio muy grande.
Clara se quedó asombrada de estar en ese lugar, pues lo sentía muy tranquilo y acogedor.
¿saben? Dijo Clara mientras caminaba a la puerta de entrada de la casa. Yo soy capaz de percibir las vibras, y puedo saber incluso si una persona no me cae bien o si no tiene buenas intenciones. pero, no me confío mucho de ese don que tengo de percepción, pues a veces creo que nada más no es que me caiga mal alguna persona, sino simplemente que hay un algo que no me gusta que me hace rechazarla totalmente. Pero bueno, lo único que tengo para decir sobre este lugar es que me parece que aquí hay una paz que se siente como algo indescriptible.
Muchachos, ya vénganse a comer, ¡hoy hay tacos de pescado! Les dijo la señora Rosa a los chicos.
Un rato después, terminada la comida su amigo charli se dirige a Clara: ¿cómo te sientes amiga?
Bien, muchas gracias. Todo está muy bien.
Y ahora sí, dijo Rosa. Platícanos lo que nos querías platicar, mi hijo me dijo que estabas pasando por una situación un tanto difícil, ¿no?
La verdad sí, respondió clara, intentando disimular su expresión de tristeza que se formaba en su rostro. Pero la verdad quisiera contárselo a usted señora, pero la verdad no creo que pueda contarlo una vez más sin que me salgan las lágrimas. Che amigo, ¿podrías contarlo tú?
Claro que sí, respondió charli. Mira madre, es que aquí mi amiga dice que ella vivía en un refugio para menores en situación de calle, pues su madre murió y ninguno de sus familiares cercanos querían tenerla.
A ver hijo, ¡espera! ¿cómo? Su mamá, la señora Martina fuentes, mamá de clara, ¿murió? Tan buena que era aquella mujer. Siempre tan amorosa con su hija.
Clara con una mirada sorprendida, miró a la señora rosa y dijo: oiga, o sea que… ¿usté… usté conoció a mi madre?
Sí, mi amor, respondió rosa. Yo tuve la oportunidad de conocer a tu mamá. Era una muy buena mujer, y muy trabajadora. Cuando tú y Charli se encontraban juntos en la secundaria. Yo tuve varias veces la dicha de poder charlar con tu madre, por eso digo que me pareció una mujer muy buena. Pero a ver, hijo, sígueme contando. Y entonces la muchacha se quedó en un refugio para menores en situación de calle, ¿y qué pasó?
Bueno, dijo charli: pues la cosa es que llegó una mujer de aproximadamente unos 30 años, y estaba buscando a un niño al cual adoptar, y entonces fue que se encontró a mi amiga y pues la quiso adoptar, pero me dice ella que de unos meses para acá su madre adoptiva se ha estado distanciando mucho de ella.
Un momento, charli. Interrumpió Clara. Quiero hacerle una pregunta, señora rosa. Usted es odontóloga, ¿no es cierto?
Sí, respondió rosa. ¿por qué la pregunta?
Lo que sucede es que… bueno mi pregunta es: ¿cómo hace usté para tener el suficiente tiempo para atender a sus pacientes y a la vez estar con su hijo? Perdón, y discúlpeme la pregunta, pero es que la hago porque es una cuestión que me gustaría saber, pues mi madre me dice siempre que no tiene tiempo para atenderme, que por que tiene que estar con sus pacientes, y que el trabajo es de siempre estar al pendiente del consultorio, Etcétera, y un montón de cosas que me dice. Es decir, como le decía a charli antes, yo no pretendo que mi madre me dé toda su atención, pero si quisiera que un día me dijera: a ver hija, vamos a salir de paseo, de día de campo o lo que sea, pero hasta incluso los domingos que ella descansa siempre me dice que tiene otras cosas que hacer haciéndome a un lado. Y de verdad, otra vez, discúlpeme, por favor, dice clara con una voz temblorosa y casi a punto de llorar.
Tranquila, mi amor. Te entiendo perfectamente cómo te sientes. Dijo rosa abrazando a clara. Mira. Eso de que tengo mucho trabajo y no te puedo atender, no es ningún pretexto. Si bien es cierto que por los trámites legales que hay que llevar para tu bienestar como la tutoría y demás, si es recomendable que tu mamá no trabajara durante un tiempo mientras se realiza todo ese procedimiento. O al menos buscarse un trabajo de medio turno provisionalmente, mientras que todo esto se resuelve… y mira: una cosa sí te voy a decir. Eso de que tu madre prefiera más a sus pacientes que a ti, solo está demostrando que tú le eres indiferente. Es decir, y perdóname como te lo voy a decir, pero hay que decirlo con todas sus letras. que a tu madre adoptiva no le importas en lo más mínimo.
Eso veo… respondió Clara entre lágrimas. Úy, pero me acordé que ya van a dar las tres y media y tengo que estar en camino para su consultorio a las cuatro. Ahora hasta me quiere de su asistente… y tener que soportarla de amargada todo el día um, no.
Nena, dijo rosa: mi consejo es que no vayas. Lo que necesitamos hacer es hacerle ver a tu madre que está mal lo que ella está haciendo contigo, y que eso, eso es un delito. Sí, un delito que se llama omisión de cuidado, y que se puede castigar desde con cárcel, hasta quitándole a la persona al menor. Y sobre la pregunta que me hacías hace ratos, te digo: es cuestión de definir qué es lo que realmente es prioridad y poder dejar lo menos importante para otro momento. ¿sabes? aunque mi trabajo me encante, eso no quiere decir que dejaría a mi hijo por mis pacientes. Mi hijo es mi motor, es mi razón de existir, ¡es mi todo! Y nunca, nunca lo dejaría ni lo cambiaría por nada del mundo. El amor fraternal que nos tenemos, es tan grande y no se puede comprar con nada. ¡Te quiero mucho, Charli! Madre e hijo se abrazan. Clara llora desconsoladamente al sentir venir a su mente los recuerdos de aquel refugio de menores donde estaba, y al comparar cómo se sentía ahora.
¡estoy igual que al principio! Exclamó Clara. Me siento totalmente abandonada… lo bueno es que aún, por lo menos me dan comida. Pero ya si no…
Hija, dijo rosa dirigiéndose a clara. Tienes que armarte de valor, y denunciar a esa señora por lo que está haciendo contigo. Como te dije, eso que está haciendo es un delito y se puede denunciar. Y si no quieres dar el nombre cuando la denuncies, no te preocupes, la denuncia puede quedar como anónima. Pero es importante que lo hagas, te garantizo que así tendrás una vida mejor, y ya no sufrirás. Dime una cosa: ¿tú crees en dios?  si es así, debes de saber que él, Jesús, es nuestro amigo incondicional, que siempre está con nosotros y nunca nos deja desamparados.
Sí, claro que creo en dios, respondió Clara limpiándose las lágrimas de sus ojos. Pues solo queda tener esperanza en dios, y orar, para que algo bueno pase.
Bueno señora, em, digo, doctora, este… bueno.
No te preocupes. Dijo rosa. No es necesario tener tanta formalidad, total ya nos conocemos desde hace tiempo.
Pero oiga, rosa, ¿usté me ayudaría a… denunciar a… mí, mamá Ante el ministerio público?
Claro que sí, respondió rosa. Yo te ayudaré en todo lo necesario, para que estés bien. Es más, hay que denunciarla ya cuanto antes.
Pero es que… respondió Clara algo nerviosa: aún no quiero denunciar a mi mamá, tengo esperanza de que esto solo es algo efímero, y no es para siempre. Pronto pasará este trago amargo.
Pero nena, dijo rosa: acuérdate de todo lo que te he dicho hasta ahora. ¿aún así quieres seguir viviendo en las condiciones que vives?
No es para tanto, respondió Clara. Creo que soy yo quien puede estar sacando de contexto las cosas. Talvez no sea para tanto, y esto simplemente sea distanciamiento por una sobrecarga de trabajo que tiene mi madre ahora. Talvez después se arregle… prefiero esperar, creo que todavía no es el momento adecuado para llegar a tal extremo de denunciarla.
Horas más tarde, Clara vuelve a su casa. Su madre ya la esperaba, pero no la esperaba felizmente, si no la esperaba muy molesta por que Clara le había quedado mal en el trabajo.
Clara, ¿dónde diablos estabas? Yo te esperé en el consultorio para que me ayudaras, y nunca llegaste.
Mamá, dijo Clara muy nerviosa. Me sentía muy mal. No me vayas a regañar, pues tu y yo creo que tenemos que hablar muy seriamente.
¿pero hablar de qué? Respondió Wendi aún más molesta. Todavía que me fallas con las asistencias al consultorio, ¿y todavía quieres que hablemos?
Por favor, mamá, respondió clara, de rodillas te lo pido, es urgente y necesario que hablemos. Hay cosas que están pasando entre nosotras las cuales debemos hablar. O no me dijiste un día, que había que tratar de las dos tener una buena comunicación, ¿me lo dijiste o estoy mintiendo?
No, no estás mintiendo; dijo Wendi. yo un día te lo dije, te dije eso mismo. Anda, cuéntame, ¿cómo te has sentido?
Bueno, respondió Clara, conteniendo las lágrimas. Es que últimamente te he sentido muy distanciada de mí, y bueno. Ya hay muchas cosas que me hacen falta, no por el lado de lo material, si no por el lado de la figura materna. Me dejas mucho tiempo sola, y la verdad es que, yo me puse a investigar, y eso que estás haciendo es un delito que se llama omisión de cuidado, y es sancionado desde con cárcel hasta con la posible acción de que el instituto para protección de menores tome cartas en el asunto y envíen al menor en cuestión a sus refugios temporales. La verdad eso me lo dijo la mamá de mi amigo Charli que lo conozco desde que estaba en la secundaria y pues me exhortó a que te denunciara ante las autoridades, para que ya no sufriera más y estuviera bien, en un hogar donde realmente me quisieran.
¿o sea que… según tú, niña, estás insinuando que solo porque te dejo sola y no estoy mucho tiempo contigo, que estás abandonada y que no te quiero? Respondió Wendi con gran tristeza. A ver: ¿qué pretendes que yo haga? ¿Dejar mi trabajo y dedicarme más tiempo a ti?
Mamá, créeme, no es que yo quiera tenerte todo el tiempo y que me des toda tu atención, pero es que también me dejas muy abandonada y a mi suerte, solo vienes a darme comida y te vas. Y es que ni si quiera los domingos que tu descansas y estás aquí gran parte del día, no me dedicas ni 5 minutos a mí. Siempre me estás haciendo a un lado, y a ver tu dime: ¿entonces si no es lo que creo, ¿qué quieres que piense?
Tal parece que tus pacientes son más importantes que yo, y te reitero. No es que pretenda que me des toda tu atención, pero pues no me dedicas nada de tu tiempo para que estemos juntas. y eso no es todo. Todavía tengo una noticia más que darte. Desde hace 2 meses tengo y siento algo raro en mi corazón, y no es la tristeza, si no que a veces es como que me duele el corazón o así. No sé qué es lo que tenga, pero total madre, tu como siempre no le des importancia; total el dolor no es muy fuerte, me lo puedo controlar fácilmente con pastillas para el dolor, al menos todavía.
¿pero cómo no me voy a preocupar? Respondió Wendi. Eres lo único que tengo en la vida, y, ¿si te llegas a morir? Luego capaz que digas que por qué no te llevé con el doctor a tiempo, y que te descuidé, y demás cosas, ahora que fue mi culpa… no me lo quiero ni imaginar. Así que anda, vámonos al doctor ahora mismo.
Y así fue. Clara y su madre fueron hasta donde el doctor, pero como no tenían dinero, tuvieron que ir al centro de salud pública. Como era de esperarse, el doctor le dijo a Clara que no tenía nada importante, que seguramente era por su peso que probablemente estuviera teniendo esos dolores. Unas cuantas semanas después, volvió el distanciamiento de su madre con Clara. Pero ahora era mucho más grabe, porque ahora no solo era eso, sino que aparte a clara le faltaba comida casi siempre. Aún así, Clara siempre se mantenía optimista, pensando que esto que estaba pasando con su mamá era algo temporal, pero todo parecía indicar, al menos, lo contrario; Clara pensaba: por lo menos llega a dormir, pero ¿qué será el día en que ni si quiera a dormir llegue? Pero no pienses en eso niña. Ponte a estudiar o algo similar, para que mantengas tu mente ocupada en otra cosa. Se decía Clara para sí misma. Y entonces, aunque recordaba todo lo que le había dicho la madre de su amigo Charli, aún así se esperó un tiempo más para decidir si denunciaba a a su madre a las autoridades o no.
No fue sino hasta una noche que por azares del destino Clara se quedó despierta toda la noche, y vio que su madre no llegaba. Se quedó hasta que dieron las8:00 AM, que era la hora en la cual su madre se preparaba para irse a trabajar a su consultorio. Antes de pensar cosas malas, Clara pensó que talvez podría haberle pasado algo en aquella noche que salió de su trabajo, pero quería pensar que su madre se encontraba bien.
Dieron las9:00 AM y fue que llamó al consultorio para ver si su madre se encontraba allí. Pero para su desafortunada sorpresa, contestó la secretaria y le dijo a Clara que la doctora no se encontraba trabajando. Fue entonces cuando Clara, aunque cansada por toda la noche en vela, comenzó a llamarle esa misma mañana a los familiares cercanos de su madre Wendi. Al primero a quien llamó fue a su tío Luis Carlos, y Clara le preguntó entonces si no había visto a su madre.
No Clara, no la he visto. Respondió el tío extrañado. ¿por qué? ¿No está contigo?
No tío, respondió Clara angustiada; es más ni si quiera ha llegado a dormir y yo que me estoy muriendo de hambre.
Tranquila, hija, le dijo el tío Luis Carlos a Clara. Yo te llevaré comida y vamos a ver dónde podemos localizar a tu madre. Resiste chiquita, voy para allá. ¡no desesperes! Concluyó.
Minutos más tarde, llegaron el tío Luis Carlos y la tía Pilar Ríos, una reconocida médica en la ciudad.
¡Hola tíos! Les saludó Clara. ¿ya saben algo de mi madre? Preguntó.
No, mi niña. Respondió Pilar. Aún no sabemos nada de tu madre. La andamos buscando nosotros también. Preguntamos a tus abuelos y ellos tampoco saben nada de ella. Todos la andamos buscando.
Tranquila Clara. Dijo Luis Carlos. Yo me voy a quedar contigo hasta que tu madre regrese.
Días más tarde, recibieron una llamada del hospital de la ciudad, donde les informaban a todos los familiares que la señora Wendi Ríos había tenido un terrible accidente, que la había dejado en estado de coma. Tras varios meses iban a visitar a la madre de Clara al hospital, pero parecía que ya no había nada que hacer. Hasta que 9 años después, un 16 de enero, mientras la joven Clara seguía optimista como siempre pensando que algún día su madre despertaría aún después de todo lo que los doctores le habían comentado. Clara estaba haciendo oración como siempre, hasta que se percató de que su madre por fin se estaba moviendo.
¡ya abrió los ojos! Dijo Clara llorando de felicidad. Fue entonces que también corrió a avisarle a los doctores y personal del hospital para que vieran este increíble hecho.
Clara le habló a su madre, diciéndole: ¿oye madre, me recuerdas?
Clara que te recuerdo, hija. Respondió Wendi un poco confundida por el medicamento.
Madre, de verdad te juro que pensé que ya no ibas a despertar, todos ya estaban pensando en desconectarte del respirador artificial, pero ¡mira madre que esto es un milagro! Dijo Clara.
En eso llegó el doctor días, y dijo lo siguiente: señores, no les tengo muy buenas noticias. La señora Wendi ya despertó, pero lamentablemente en el accidente que tuvo ella perdió la vista y el golpe causó un retraso mental moderado.
Es decir, dijo Clara intentando disimular su felicidad. ¿Que mi madre ya no podrá trabajar de odontóloga a falta de la vista?
Pues claro que no, respondió el doctor. Además, que tiene que estar en cuidado permanente, no alterarse ni preocuparse demasiado, ya que esto le puede traer un infarto fulminante.
Cómo quisiera haber muerto en ese accidente, respondió Wendi. ¿y ahora, qué demonios me espera de mi vida? Ya nada va a ser igual que antes.
Madre, respondió Clara. No digas eso. Tu todavía tienes muchas cosas por las cuales vivir. No solo porque te falte el sentido de la vista y ya no puedas trabajar, no quiere decir que serás inútil. Al contrario. Puedes aprender a hacer otras cosas. Si no, pregúntame a mí, ¿cómo es que hago todo lo que hago? Tranquila madre. Sé que todo este proceso por el que estás pasando es muy difícil, pero pues te irás acostumbrando. Es algo con lo que se aprende a vivir.
Días después, dieron a la madre de Clara de alta del hospital, y ellas 2 se fueron a casa.
Todo parecía volver a la normalidad, algo similar a lo que había en un principio, Wendi comenzó a ser muy amorosa con Clara, y nada le hacía falta ahora. Clara también ahora volvió a la escuela, y casi terminaba todas sus materias y la preparatoria en sí.
Se estaba acercando diciembre; Clara y su madre se encontraban haciendo las compras navideñas, cuando en ese momento Clara comenzó a sentir una tristeza descomunal, fue entonces que le dijo a su madre: mamá, creo que algo me va a pasar, y no es por qué yo lo diga, es de que realmente lo siento aquí en mi cuerpo, que algo me va a pasar, no sé por qué.
¿de qué hablas, hija? Preguntó Wendi preocupada.
Hablo madre de que, creo que tendré que partir con dios. Que que siento que en alguna fecha de este mes voy a morir, ¿no sé si algunas veces me has visto desanimada o simplemente como deprimida y sin ganas de hacer nada? Creo que es por eso. No sé si recuerdas que hace aproximadamente 9 años atrás te advertí de que tenía una enfermedad en el corazón, y que tenía algunos problemas, pues creo que tras 9 años luchando con esto me está llegando la hora. Pero sí me gustaría que ahora sí pudiéramos ir con un buen doctor para que me diagnostique qué es lo que padezco.
Y así fue. La madre de Clara la llevó hasta donde su Hermana, la doctora Pilar, para que diagnosticara a clara. Tras varios estudios y análisis de sangre, la doctora Ríos ya tenía los resultados. Desafortunadamente, estos no parecían decir nada bueno.
¿qué es lo que tiene mi hija, doctora? Dijo Wendi con mucha preocupación.
La doctora tras un suspiro, dijo muy seria. Wendi, tienes, que ser fuerte. A la muchacha ya no le queda mucho tiempo de vida.
¿Cuánto tiempo crees que le quede? Dijo Wendi.
Aproximadamente de aquí a lo que resta de diciembre. Respondió la doctora.
¿y no hay nada que se pueda hacer? Dijo Wendi.
Sí, intentaremos hacer todo lo posible para salvarla. Pero no garantizamos que la podamos salvar, pues la enfermedad está muy avanzada y tenemos que ver. Respondió la doctora. Pero usted no se preocupe, nosotros podremos decir de todo, pero dios es el único que nos dirá que pasará, concluyó.
Tuvieron a Clara en observación durante algunas semanas, y cuando su madre fue a visitarla al hospital, la doctora le dijo que tenían muy buenas noticias, pues se había logrado extraer la bacteria que estaba provocando anomalías en el corazón, Y que todo estaba muy bien.
Ese mismo año, la madre de Clara la llevó a hacerle una operación de sus ojos para intentar devolverle la vista a Clara, quien la había perdido desde que era muy pequeña.
Afortunadamente, todo salió muy bien tras la recuperación y Clara vio lo que nunca antes había visto; y sintió, lo que nunca antes había sentido; esa sensación de poder ver, y poder descubrir lo que había a su alrededor.
Fue entonces que Clara, a sus 29 años pudo por fin estudiar la carrera que tanto quería, la cual era odontología.
5 años más tarde, en un día muy caluroso del mes de Julio, Clara se estaba preparando para su graduación de la universidad. Ella y su madre estaban muy felizes, por que, por fin, todo parecía ir bien, y Clara estaba feliz por finalmente lograr estudiar la carrera que tanto deseaba, y finalmente graduarse después de años de trabajo duro y mucho esfuerzo.
Mamá, voy a verificar que esté todo listo para el evento y ahorita vengo por ti, dijo Clara.
Sí mi amor, no te preocupes. Tu ve y haz lo que tengas que hacer, y a las 5:30 PM, ¡nos vemos aquí para irnos al evento!
Sí, madre, entonces aquí nos vemos. Respondió Clara muy sonriente.
Pero, pues no se puede pretender que en el día más feliz de tu vida todo salga como uno espera. Lamentablemente, Clara no se imaginaba la oscura sorpresa que se encontraría al llegar de nuevo a su casa. Wendi estaba presentando desde hace algunas semanas problemas respiratorios, por lo que algunas veces le faltaba el aire. Lamentablemente, el ventilador que tenían no servía y el calor de ese día era insoportable.
Como lo había prometido, Clara llamó a su madre para que estuviera lista para cuando ella llegara a recogerla para irse al evento. Pero, pues su madre no contestaba el teléfono; Clara no quiso buscar los motivos, pues no quería entrar en preocupaciones. Pero ya se hacía tarde y tenía que estar en camino al evento. Así que llamó a su tío Luis Carlos para que se encargara de ir por su madre a casa.
Cuando Luis Carlos llego, y entro al cuarto de Wendi, localizó su cuerpo sin vida, y en su mesa se encontraba un papel en el que se leía: querida Clara, hija mía. Quiero decirte que tú has sido y fuiste la hija que yo siempre quise tener; fuiste una gran compañía para mí. Te ruego que me perdones, por todos los malos ratos que te hice pasar; y que siempre tengas presente que yo te amo mucho, de aquí hasta el infinito. Gracias por haber estado conmigo siempre; le doy gracias a dios por haberte conocido y que te haya puesto en mi camino. Te deseo que te vaya muy bien en todo lo que hagas en tu vida, y que te encuentres un hombre que te quiera y formes una familia. Te amo mucho, hija. Tenlo presente siempre. Adiós, mi niña. Atentamente: Dra.: Wendi Ríos odontóloga.
Al escuchar esto, Luis Carlos se llevó el papel y comenzó a llamar a toda la familia no así a Clara, porque no querían arruinarle su evento. No fue sino hasta horas después, que avisaron a Clara de lo sucedido; posteriormente procedieron sus familiares a entregarle un cofre, donde estaban las cenizas de su madre. Las cuales ella conservaba cuidadosamente en un lugar visible de la casa. Y fue así que Clara heredó todo lo que tenía su madre adoptiva, incluyendo su consultorio dental.
Meses más tarde, Clara se recibió como una dentista profesional, y trabajaba en el ex consultorio de su madre que a        hora era suyo. Llegó a ser una doctora muy reconocida y muy querida por toda la gente que la visitaba.
FIN.