sábado, 5 de julio de 2025

🖥️ Windows 11: Cositas que me tenían guardadas (y no eran sorpresas)

 ¡Qué onda! ¡Qué lo qué, mi gente! (como decimos por aquí entre Venezuela y República Dominicana, que somos familia aunque el mar nos separe). ¿Cómo están ustedes? Espero que estén chévere, con la computadora funcionando y el café recién colao’.

Hoy les traigo una continuación —¡sí, otra más!— de mis aventuras con Windows 11, ese sistema operativo que a veces parece más una telenovela que un software. Este post será breve, más corto que la demo del Jaws for Windows de 40 minutos... que en realidad dura 38. Y no, no lo soñaste. ¡Dos minutos menos de drama!

Pero antes de entrar en materia, permítanme desearles de corazón un bonito fin de semana. Que lo disfruten más que técnico de soporte cuando logra arreglar algo sin reiniciar.

 

🔧 Comenzando por el principio... ¿por dónde más?

Vamos a hablar de una pequeña gran molestia que se me quedó por fuera en el post pasado: la desaparición de la opción para cambiar PowerShell por el buen viejo símbolo del sistema (CMD) en el clic derecho de la barra de tareas.

¡Ajá, Microsoft! ¿Y esa decisión? ¿Quién fue el genio que pensó que todos somos expertos en PowerShell? Porque entre tú y yo, PowerShell me parece como la versión “con corbata” del CMD. Muy elegante, sí, pero a veces ni saluda. Yo me crié con el CMD: negro, simple y sin tantos misterios. ¡Ese sí te decía las cosas de frente!

Y ya que estamos, ¿quién fue el poeta que tradujo Command Prompt como “Símbolo del sistema”? No es que me quite el sueño, pero esas son las cosas que uno piensa a las 3 de la mañana mientras espera que Windows actualice “al 100%” desde hace media hora.

 

🔋 Energía... ¿dónde estás que no te veo?

En el post anterior les conté que los famosos planes de energía desaparecieron como el efectivo a fin de mes. Bueno, resulta que parecen estar ahí, pero no hacen ni cosquillas.

Por ejemplo: cuando desconecto mi laptop, la bicha (la laptop, pues) se pone en modo “economía extrema”, como si estuviéramos en apagón del 2010. Y aunque yo le diga que use el procesador al 100% en las opciones avanzadas, ella igual se toma su descanso como quien no quiere la cosa.

Lo curioso es que no es una lentitud total. Sirve para escribir, leer y hasta para ver memes. Pero si intento editar un videíto, aunque sea algo básico, la laptop dice: “¡conectame, por el amor de Gates!”. Y cuando la conecto, se prende como reactor de planta nuclear: los ventiladores hacen un escándalo que parece que va a salir volando.

 

💤 ¿Y los protectores de pantalla con personalidad?

Otra cosa que me hizo levantar la ceja: los protectores de pantalla. ¿Se acuerdan de esos? Los que venían con sonidos, animaciones y, a veces, hasta sustos gratis. Eso sí era vida.

Los más viejitos en esto de Windows recordarán con cariño los de Windows XP, donde el protector se activaba después de unos minutos sin mover el mouse, y te salían esas ondas, laberintos 3D, o el famosísimo texto rebotando por toda la pantalla. ¡Y con sonido, papá! Algunos temas hasta tenían efectos sonoros que, si te agarraban desprevenido, te hacían brincar de la silla.

Hoy en día, en Windows 10 y 11, los protectores ahí están... pero ya no son lo mismo. Solo imágenes, sin sonido, sin alma. Como arroz sin sal. ¿Qué pasó ahí, Microsoft? Uno entiende que el progreso es necesario, pero ¿quién dijo que había que eliminar lo sabroso del camino?

 

📩 ¿Ideas, anécdotas, reclamos con cariño?

Y bueno, así llegamos al final de este post más corto que pan de jamón en diciembre. Si tienen alguna idea, tema, sugerencia o simplemente quieren contarme alguna anécdota (tecnológica o no), pásense por el formulario de contacto del blog. Yo los leo, con gusto y con un cafecito al lado.

Y si les gustó este artículo, si les sacó una risa o les hizo recordar sus épocas con Windows XP, ¡no sean tímidos! Repostéenlo, compártanlo, y no olviden citar la fuente que aquí nadie quiere demanditas digitales.

¡Hasta la próxima, panas! 💻✨